¿Cómo puedo superar una ruptura amorosa?

Esta es una pregunta que todos los que han sufrido una ruptura con su pareja se han hecho alguna vez, inmersos en ese estado de tristeza en el que echamos de menos a la persona que ya no está a nuestro lado, añorando los momentos vividos con ella  y sin saber muy bien como volver a orientar (retomar) nuestras vidas.

Pues algunas veces nos centramos tanto en una relación, que cuando ésta termina, nos encontramos perdidos, desorientados, sin saber cómo actuar o qué hacer para sobrellevarlo, porque de repente  nuestras rutinas junto a la otra persona han cambiado, han desaparecido. Y es que todo ha cambiado porque “todo lo compartíamos”, por ello es importante que además del tiempo que la pareja comparte como tal, cada miembro tenga su propio espacio y tiempo de ocio individual, con el que pueda desarrollarse como persona.

Para pasar página y superar la ruptura hemos de elaborar la pérdida, es decir, hemos de asimilar y aceptar la situación. Para llegar a ello, tendremos que pasar por unas fases, que se corresponden con las del duelo (respuesta de dolor ante la pérdida)  porque hay un duelo para cada cosa que perdemos, ya sea una pareja, un ser querido, una capacidad…la única diferencia entre ellas es la importancia que tienen en nuestra vida y la intensidad con la que experimentamos el malestar.

Asimilar mejor o peor la ruptura va a depender de cinco aspectos: los recursos disponibles que tengamos en ese momento, si hemos vivido una ruptura con anterioridad a ésta, también influye la calidad que tuviese la relación de pareja, ya que si estaba deteriorada el malestar posiblemente sea menos intenso, pues era algo predecible.

Del mismo modo influye si la ruptura ha sido decisión de ambos, o repentina y sin esperar para alguno de los miembros. Por último, para poder elaborar el duelo de manera eficaz es muy importante que dispongamos de una buena red de apoyo tanto familiar como de amistades, en los que podamos confiar y desahogarnos emocionalmente.  Pues,  una de las primeras pautas para aceptar la nueva situación, es permitirnos sentir esas sensaciones negativas (dolor/tristeza) que son intensas pero pasajeras,  ya que no hay retorno, la relación se ha terminado. Para ello podemos de desahogarnos emocionalmente con alguien de confianza ya sea un amigo/a o un familiar, para sacar todos los sentimientos que nos invaden en ese momento, esa rabia, impotencia, miedo o tristeza que la mayoría sentimos tras la pérdida. Ellos nos mostrarán su apoyo y nos ofrecerán nuevos consejos o  puntos de vista.

Es positivo salir, relacionarnos, hacer actividades que nos hagan sentir bien, es decir, evitar aislarnos,  pues en esos momentos en los que estamos distraídos con otras cosas, no estamos pensando en la otra persona o en la situación que estamos viviendo, dejamos a la mente descansar.

Del mismo modo, te recomiendo un distanciamiento de la expareja al principio de la ruptura, pues por muy doloroso que resulte, hay que soltar el pasado y no anclarnos en él o seguiremos sufriendo, porque cuando una parte todavía está enamorada, el seguir siendo “amigos”  solo nos hará pensar en qué hacer para recuperar a la otra persona y retomar la relación. No podremos avanzar, pasar página.

Tenemos que aprender a vivir sin la otra persona, por eso cuando la rabia y el dolor hayan cesado, si reinterpretamos la ruptura con un pensamiento positivo, acerca de lo que esa relación nos ha aportado a nuestra vida o lo que hemos aprendido de ella, nuestros sentimientos y recuerdos hacia la relación se tornarán también positivos a través de respeto, ternura y agradecimiento por lo que esa persona/relación te ha aportado a tu vida.  Es en este momento cuando estás dispuesto y preparado para pasar página mirando al futuro de manera optimista.

Desde mi punto de vista, no es recomendable intentar reemplazar o sustituir la relación inmediatamente por otra para evitar el dolor de ésta, lo que se conoce por la expresión “un clavo, saca otro clavo” o “a rey muerto, rey puesto”. Pues podemos esperar que la nueva persona reemplace a la anterior, aportándonos las mismas cosas, y esto no es posible porque cada relación de pareja es única e irrepetible, pues las personas que la forman son diferentes.  Es una manera de engañarnos a nosotros mismos, evitando a toda costa afrontar aquello que nos da miedo, estar solos.

Por último quiero añadir una reflexión, debemos ser conscientes que de todas las experiencias vividas, ya sean dulces o amargas,  se aprende, es  decir,  nos  sirven para mejorar y conocernos más a nosotros mismos. Asimilando esto, podremos darnos cuenta de que a pesar de sufrir una ruptura, la vida continua y  ser felices depende únicamente de nosotros mismos.

 

© ALICIA GARCIA CEBRIAN. Psicologa y Terapeuta EMDR. 2022 | Todos los derechos reservados.